Para celebrar el día de la Madre fuimos al teatro (aunque como siempre pagó mama 😛 ) . Habría pagado yo, pero tendría que haber echado mano de mi millonaria cuenta corriente, producto del altamente remunerado trabajo universitario.
El caso, el teatro es una de mis grandes pasiones. Hace ya algún tiempo fuí al Teatro Real de Madrid. Y fué una experiencia imborrable. Se representaba una de mis obras favoritas de Agatha Christie: «Diez Negritos». Espeluznante. Lo que más me llamó la atención fué una escena de asfixia de uno de los personajes. Nunca pensé que pudiese vivir así una de mis novelas de misterio favoritas.
Y ayer mismo, en el Teatro Isabel la Católica, se representaba otra obra de la genial escritora inglesa. «Una visita inesperada». Una obra que mezcla humor y misterio de una forma que sólo los grandes maestros de la literatura pueden conseguir.
El inicio de la obra es bastante sencillo. Ingeniero tiene una avería automovilística (a que me recordará eso…) y se presenta en la casa más cercana. Acaba de cometerse un asesinato. La esposa del difunto confiesa su crimen. Pero la resolución del caso no es ni mucho menos tan simple.
No puedo dejar de elogiar el espectacular realismo. No perdí ni un solo detalle. Los suspiros, los movimientos, los gestos, todo estaba perfectamente calculado. Y la acústica del lugar era inmejorable. Especialmente impactante. En varias ocasiones se realizaban disparos. Y a pesar de ver como apuntan y quitan el seguro, yo no podía dejar de dar un bote en el asiento a cada sonido del disparo.
Sin duda, una noche de teatro que mereció la pena.
El mundo y demás según Patitofeo 