“…me encanta ver sus caras desencajadas en los entierros…”
Casi que ya me esperaba que fuesen a ceder ante el asesino Ignacio De Juana Chaos. Pero la verdad es que no acababa de creermelo o veía ese momento muy lejano. Y cuando encendí el televisor ayer se me heló la sangre. Fuera de discusiones políticas, creo que es evidente que un señor que ha matado a 25 personas no puede estar en casa tan ricamente.
Si el asesino hubiese llegado a morir por su estado de huelga de hambre, se habría tratado de un suicidio completamente voluntario, y nada distinto a que yo me cortase las venas en mi cuarto de baño.
Me siento profundamente avergonzada por la cobardía de los que deben hacer cumplir las leyes: los jueces primero y el gobierno después. No sé que mensaje político se ha lanzado a la sociedad española, pero sí se el moral: “en este cutre-pais no hay justicia”. E incluso me atrevería a añadir un apéndice “habrá que acabar tomándose cada uno la justicia por su mano”.
Con esta “fabulosa” justicia que tenemos pagamos 8 meses y 18 dias por asesinato. Una miseria, asi palurdos e infútiles jueces de cartón asesinar sale muy pero que muy barato, con esta regla de tres hasta podria salir ventajoso ir de caceria en busca de etarras. ¿No os parece?
Los tribunales son inútiles y toda la vía judicial en general. Acaban de dar una patada en la boca a todo el orden democrático que buscamos durante años en España.
Vergüenza, me avergüenzo de España, de sus políticos y de sus leyes.